VIVENCIAS EN MI PEREGRINACIÓN A TIERRA SANTA

INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos de "envejecimiento activo" inmediatamente lo asociamos a actividad física: caminar, gimnasia, yoga, tai-chi, sin olvidar algo más duro como ciclismo o senderismo.
Pero es un concepto más amplio que incluye algo muy importante, como es mantenernos activos mentalmente, tener ilusión por la vida, e ir realizando algún anhelo tantas veces pospuesto.
He pedido a nuestra compañera Ilda, que nos cuente las impresiones que le ha producido un viaje a Tierra Santa. Ha aceptado y este es su relato.

                                                    jubilad.telefónica

VIVENCIAS EN MI PEREGRINACIÓN A TIERRA SANTA

     Hacía años, que visitar como peregrina Tierra Santa era una de mis prioridades. Me pregunte a mi misma el sentido de una peregrinación, llegando a la conclusión de que peregrinar es: salir de nosotros mismos, ir más allá de lo habitual y conocido, para aprender y abrirnos a todo lo nuevo e inesperado que puede venir a nuestra vida, sin perder nuestra personalidad única e irrepetible

     En este espíritu comencé mi peregrinación con un grupo de personas de la provincia de Huesca, acompañados por el Delegado de Peregrinaciones del Obispado de Huesca D. José Ignacio Martínez Madrona.

     Para viajar a Tierra Santa hay que tener un mínimo de FÉ, una visión amplia de la vida y mente abierta para poder asimilar las emociones y sensaciones que a lo largo del recorrido vas experimentando.

Belén, Basílica de la Natividad

     Una peregrinación puede convertirse en unos ejercicios espirituales, en un itinerario pastoral de renovación espiritual. Los religiosos pueden renovar sus votos en María de Nazaret, los casados en Caná, los sacerdotes, su ordenación sacerdotal, en el Cenáculo y todos juntos revivir el misterio de nuestro bautismo descendiendo al rio Jordán que marcó la entrada en la Iglesia cuando éramos niños.

Belén, Estella del Nacimiento

     Cuando, por fin, llegas a Jerusalén, la emoción es para un creyente como llegar a la tierra prometida. Jerusalén es una amalgama de religiones que custodian los Santos Lugares, una ciudad donde “conviven” judíos, musulmanes, cristianos, drusos, etc..

Monjes ortodoxos

Tumba del Rey David

     Cuando visitas los Santos Lugares la emoción está a flor de piel ya que notas que allí pasó algo grande, algo que cambió al mundo, y que a pesar de las dieciséis veces que Jerusalén fue destruida, sigue en pie con el mismo espíritu de siempre.

     Describir el lugar más emocionante es difícil ya que todos tienen su significado: El Ángelus en la capilla de la Anunciación, misa en el mar de Galilea, adoración de la Estrella del Nacimiento en Belén, Vía Crucis por la Vía Dolorosa, terminando con la misa en la Basílica del Santo Sepulcro.

Arco del Ecce Homo en La Vía Dolorosa

     El recorrer los lugares por donde pasó Jesús, viviendo escenas de los evangelios, es una experiencia que refuerza nuestra fe y deja una huella indeleble. Las palabras de Jesús que muchas veces oímos, pero no escuchamos, penetran con más fuerza y de forma diferente en Tierra Santa.

De Viacrucis

     Desde la dimensión social se aprende a convivir y presenciar cómo las diferentes culturas y credos son capaces de unirse para ofrecer al peregrino una visita cómoda y agradable. La actividad es muy intensa desde primera hora de la mañana, la orografía muy montañosa a veces convive con desiertos de lo más espectacular que contrasta con los cultivos del valle de Jericó y el mar Muerto.

Mar de Galilea

     Desde el punto de vista personal puedo decir que para un cristiano/a las emociones que se viven no tienen parangón con nada de lo visto en la vida.

Misa en el Santo Sepulcro

ILDA GÓMEZ