“Ningún mayor solo, ni desatendido”
Enfermos/as y soledad
PRESENTACIÓN
Cuando uno/a está enfermo/a "de verdad", (con una enfermedad seria o que cree que lo es) pasan muchas cosas por su cabeza muchos sentimientos. Todo esto se vive muy a menudo en solitario. Los familiares, amigos... pueden suavizar esos sentimientos pero no pueden evitar del todo esa soledad.
A veces, el/la enfermo/a necesita la soledad y la pide ("no quiero visitas"), y otras no puede evitarla. Podríamos llamar a esto "la soledad inevitable”.
Pero hay también otro tipo de soledad: "LA SOLEDAD EVITABLE". Ésta es la que es provocada por actitudes o situaciones diversas.
SITUACIONES QUE PROVOCAN SOLEDAD
Enfermedades especiales
Llamamos así a las enfermedades que provocan rechazo, que son consideradas "poco presentables"; porque pueden ser contagiosas (tuberculosis, VIH, etc...) o porque tienen que ver con la conducta y se supone que se curan poniendo buena voluntad (alcoholismo, depresión, enfermedades psíquicas...).
Generalmente, el rechazo está basado en la ignorancia y el prejuicio. Se margina al/la enfermo/a y se le hace sentirse avergonzado/a por su enfermedad. Estas actitudes provocan mucho sufrimiento y a menudo una gran soledad.
Malas compañías
Con bastante frecuencia los/as que visitan al/la enfermo/a, no sólo no le ayudan sino que agravan su sentimiento de soledad.
Les llamamos "malas compañías", no porque hagan daño voluntariamente, sino porque con muy buena voluntad fastidian mucho.
Son los/as pesados/as,
los/as que hablan mucho y no escuchan,
los/as que hacen comparaciones,
los/as que dan consejos continuos,
los/as que dan recetas piadosas...
La sociedad no facilita las cosas
En nuestra sociedad se valora ser útil, ser guapo/a y eficaz, mostrarse seguro/a. El sufrimiento y la muerte son cosas feas. Es de mal gusto hablar de ellas. y en ocasiones generan conjuras de silencio.Además se nos engaña diciendo que la técnica todo lo puede "usted no puede parar por un dolor de cabeza”.
El sentimiento de inutilidad y el no poder hablar libremente del sufrimiento y de la muerte aumenta la soledad del/la enfermo/a.
Una medicina con mucho aparato.
La atención médica es ahora muy tecnificada, a menudo muy masificada y profesionalizada. Tiene el peligro de deshumanizarse: de tratar a "titulares de tarjetas sanitarias" y no a enfermos/as de carne y hueso, con corazón y sentimientos. “Uno puede morir rodeado de aparatos y tal vez sin una mano cercana que le ayude a quitar el miedo.”
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
Contra prejuicios e ignorancia: información, divulgación y, sobre todo, acogida.
Para hacer compañía: respeto, "meterse en su pellejo", aprender a estar callado/a, aprender a acompañar o, por lo menos, a no fastidiar.
Valorar a la persona: por encima de su aspecto, utilidad o situación.
Para mejorar la sanidad: trabajar por una atención médica humanizada y
denunciar toda deshumanización.
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